El síndrome “bullying”

La palabra “bullying”, viene del inglés y significa intimidación. En México apenas se toma en cuenta este síndrome. Se trata de conductas que tienen que ver con la intimidación, tiranización, aislamiento, amenaza, insultos, sobre una víctima o víctimas señaladas.

La palabra “bullying” se utiliza para describir estos diversos tipos de comportamientos no deseados por niños y adolescentes, que abarcan desde esas bromas pesadas, el ignorar o dejar deliberadamente de hacer caso a alguien, los ataques personales, e incluso los abusos serios.

De acuerdo con el pediatra Loredo Abdalá, el “bullying” no es más que maltrato de un niño contra otro y para que este fenómeno suceda, se requieren tres elementos:

1.- Un agresor o líder negativo que maneja a su antojo a otros niños.

2.- Una o varias víctima con características (físicas e intelectuales) especiales que los hacen más vulnerables y débiles.

3.- Testigos pasivos del abuso, los cuales son un grupo de niños que observan y no se atreven a intervenir, porque temen ser parte de la agresión; o bien, se confabulan con el líder para maltratar física o emocionalmente a la víctima, incluso, este grupo puede burlase de la víctima sin hacer nada para evitarlo.

Simplemente muchos de los apodos, que comúnmente dicen algunos niños a sus compañeros de clase para burlarse de sus circunstancias no favorables, resulta en consecuencia muy delicada. La mayoría de los adultos no los toman en cuenta, ya que lo creen hasta cierto punto normal en el periodo escolar e incluso puede llegar a verse como parte de la interacción natural que se da entre niños y jóvenes.


La realidad es, que con los apodos, se comienza a gestar uno de los más grandes problemas de violencia escolar en el mundo.

El especialista en pediatría explica que “el niño que lastima a otros, física o verbalmente” tiene habitualmente problemas en su casa, puede ser falta de afecto o también ser víctima de agresión (física, emocional o incluso sexual) dentro de su hogar, tal vez cotidianamente viven violencia a través del alcoholismo o drogadicción de algún integrante de la familia”.

En el año 2006 ya se evidenciaba en nota informativa publicada por la agencia de noticias NOTIMEX, sobre el número de suicidios entre niños y adolescentes el cual se había incrementado entre 15 y 20 por ciento en tan solo los últimos cinco años en México. En dicha nota se hacia alusión que en conferencia de prensa, las doctoras Ana Teresa Díaz Calvo e Inés Nogales Imaca, del hospital Psiquiátrico Infantil “Doctor Juan N. Navarro” destacaron que el suicidio es la segunda causa de muerte entre los adolescentes y la cuarta entre los niños, en nuestro país.

En ese momento a nivel nacional se habían registrado tres mil 89 casos de los cuales el 8.1 por ciento correspondía a los menores de 15 años. Gonzales, E. (2009)

Sonora y Nogales en particular como ciudad fronteriza, no queda exenta de esta problemática. Según los expertos, aún cuando los datos oficiales denotan contados casos; también es cierto que no se niega el hecho de que gran parte de estas situaciones no son denunciadas, detectadas y/o identificadas por las diversas instituciones formales como son las escuelas y las mismas instituciones de asistencia social como son Cruz Roja, Servicios Médicos, etc.

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